Salsa carbonara con nata
Si tuviera que elegir un tipo favorito de pasta, sería definitivamente el fettuccini. Básicamente porque se adhiere muy bien a las salsas y llena bastante. Y si tuviera que elegir una salsa para acompañarlo, sería indudablemente la salsa carbonara.
Esta salsa tan deliciosa tiene muchas versiones, aunque se basa en 3 ingredientes: huevos, queso y bacon, hay muchas discusiones sobre si debe o no debe llevar ciertos ingredientes.
Por ejemplo, la nata. Se supone que la receta original no incluye nata, y que la cremosidad de la salsa se logra cocinando sin calor los huevos, para que queden cremosos emulsionados con el queso y no revueltos.
Pero yo creo que la nata, además de aportarle más cremosidad, le da una textura perfecta, ya que se queda impregnada en la pasta.
También he incorporado unas hojas de perejil por encima, para darle color y aroma. Por lo demás he respetado la receta, sin añadir ni cebolla ni ajo, aunque si sois muy fans, lo podéis añadir.
Estos ingredientes dan para 6 personas:
- 8–10 lonchas de torreznos
- 500 ml de nata para cocinar
- 2 huevos
- Sal y pimienta negra
- 30 g de queso parmesano rallado
- 750 g de fettuccini
- unas hojas de perejil picado, para decorar
Así se hace la receta:
Empezamos cortando el tocino en tiras de aproximadamente 1 centímetro, que todas sean de igual tamaño para que se hagan todas a la vez.
Se fríen en una sartén a fuego medio, sin aceite ni ninguna grasa, ya que ellos soltarán la suya.
Se empieza a calentar el agua para cocer la pasta en una olla con abundante sal. Cuando empiece a hervir se añade la pasta y se cuece el tiempo que indica el fabricantes, hasta que esté al dente.
Durante ese tiempo, añadimos la nata al torrezno frito, sal y pimienta negra, lo removemos y cocinamos a fuego lento para que la nata se reduzca y se espese.
Por otro lado, se baten los dos huevos y se agrega el queso en ellos.
Una vez que la pasta esté cocida, se escurre el agua y se añade a la sartén, removiéndola para que se impregne de la salsa de nata.
Por último, incorporamos el huevo y el queso por encima, apagamos el fuego y removemos de nuevo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y el huevo se haya cuajado. Probamos para ver si es necesario rectificar de sal y pimienta negra.
Se sirve en platos individuales con perejil por encima y se come inmediatamente.